22 de marzo de 2025

Frankenstein. (o el “moderno Prometeo”)

¿Por qué el moderno Prometeo? ¿Por qué ubica esta referencia mitológica Mary Shelley en el título?  Prometeo es una figura de la mitología griega, y dirige esta referencia a Víctor Frankenstein creador de este monstruo sin nombre, jugando de alguna manera a ser Dios.

Prometeo, titan de los mitos griegos y benefactor de los hombres,  fue quien entregó el fuego de los dioses a los hombres, permitiéndoles así crecer como sociedad. Desafiando a los dioses, no sin consecuencias. Porque se entiende como una metáfora, Frankenstein reta a los dioses al crear una nueva forma de vida. En consecuencia, su monstruo le persigue y tortura, hasta causar su muerte. 

Una obra literaria paradigmática. Un clásico qué con los años vuelve a ser elegida por jóvenes y adultos. Una pieza que utiliza no solo los diálogos para componer, sino que también recurre a la correspondencia por carta, como a la voz del relato narrado del propio personaje para formalizar y deleitarnos con su prosa.

Comienza con la descripción de un inmenso océano blanco, donde Walton el capitán de un navío, encuentra a Frankenstein deambulando gélido por el frío; y cuando toda presencia humana parece imposible hay una oportunidad para que la ilusión y la esperanza se abran paso.

Mary Shelley (novelista inglesa, en 1818 y con 20 años publicó esta primera obra de éxito inmediato en la crítica y el público) la autora, supo como plasmar en la ficción los tormentos, las pasiones y los amores “humanos” más controvertidos. Crea una historia sostenida en la tensión de pares de opuestos y de uno tan concluyente como lo es la vida y la muerte. Delgadas líneas separan el drama, el terror y el suspenso, jugando con la realidad y la ciencia ficción. 

Dos protagonista, Victor y “el demonio; el monstruo; la criatura” un modo anónimo de nombrar a lo innombrable. Un vínculo, creador vs criatura. Un padre que otorga vida, pero sin consciencia alguna acerca de las responsabilidades que esto implica. Ensimismado en su proyecto y cegado por su ambición, desafía la naturaleza y engendra una criatura a la cual no solo no es capaz de darle un nombre, sino que la desampara apenas esta abre sus ojos y mueve sus grandes extremidades. Allí comienza entre ellos una carrera de encuentros y desencuentros, una constante búsqueda en la cual cada uno pretende aliviar su propio dolor y sentimiento de culpa. Una búsqueda con sed de venganza por el abandono y la irresponsabilidad.

De principio a fin, el afecto y las emociones envuelven el relato de cada página. El duelo adviene como un hilo que se teje en la trama de las historias, un desafío a la estructura psíquica de cada personaje, y porque no del lector. Un clásico que resalta el dueto de la belleza y la fealdad, llegando a los límites de la marginalidad. Los valores de la ética profesional y la moral replantean los valores humanos, convocan a reflexionar sobre la amistad, la paternidad, y la sociedad, entre otras. 

Y en la actualidad nos permite dar una vuelta sobre algunas de las miradas en relación al cuerpo biológico y la identidad, un proceso de subjetivación que requiere sobreponerse a lo real del cuerpo y el Yo ideal construido por los padres. La “criatura” de Frankenstein encara su propio devenir acompañado del miedo, el desamparo y la soledad; por la operación fallida de su propio padre.

Una historia que hace metáfora de la vida misma. ¡Que lo disfruten!

Hitzez Psikologia.

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