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“Sabe que tiene elección, que está a tiempo de no ir. Podría desaparecer, sería tan fácil como borrar los chats y bloquear el contacto. Sin embargo, también sabe que seguirá adelante, el miedo nunca le impidió hacer nada. Todo es miedo, no conoce otra cosa.”
Silvia Hidalgo, sevillana nacida en 1978 y autora de la destacadísima novela Yo, mentira (Tránsito), es la ganadora del premio Tusquets de novela con Nada que decir.
Radiografía transversal de la mujer contemporánea. Una mujer que lo tiene todo.
¿Cómo ser mujer, madre y todas esas versiones en las que una mujer puede convertirse, y sobrevivir al deseo y la pasión que la vida con los años nos impone? Llegan los cuarenta, y con ellos la finitud de una etapa ¿Cómo sobreponerse a la crisis que trae aparejada esos años, más las demandas sociales que parece que hay que salir a responder? La ansiedad que produce el éxito social, la desilusión de que lo que una creía que era el hogar, y que ya no lo es tanto, y la innegable atracción por lo prohibido que de por sí ya se arrastra de tempranas edades.
«Nada que decir» refleja de alguna manera la dificultad de simbolizar un duelo, el conflicto donde las emociones más primitivas de rabia, dependencia y amor persisten en estado latente.
Sinopsis: Una mujer aguarda en el interior de un coche a que su exmarido recoja a la hija de ambos, que llora en el asiento de atrás. Mientras cae la lluvia y las figuras se desdibujan iluminadas por los intermitentes, ella está pendiente de su móvil y de una cita con un desconocido. Como un animal desorientado y furioso, se deja llevar por su deseo crudo, sin tapujos, en el que la maternidad, la familia, el trabajo ocupan un lugar secundario. Quiere huir de los espejismos de una falsa felicidad, pero se sitúa ante el abismo de una relación enfermiza, desquiciada, con un directivo de la empresa de su exmarido, un «hombre tumor». Nada que decir confirma a Silvia Hidalgo como nuestra Marguerite Duras: escenas turbadoras, emociones inconfesables y una escritura tersa y brillante, que deja zarpazos.
Hitzez Psikologia