12 de febrero de 2025

Y sin embargo, seguimos leyendo sobre el amor.

Complicaciones esperanzadas.

Felipe Giménez. artista plástico. Nace en 1963,en la ciudad de Mar del Plata, argentina. 

¿Qué se sabe sobre el amor? creo que se saben muchas cosas, cualquiera podría dar una definición o al menos aproximar una. Usamos verbos, adjetivos, sustantivos, recurrimos a todas las herramientas del lenguaje para hablar del amor. Buscamos ejemplos, hacemos comparaciones, y por último intentamos apelar a una suerte de sentimiento que se cree compartido y ahí, justo ahí la cosa se complica. La neurosis de cada uno entra en juego.

¿Quién no amó alguna vez?

Cuando el amor llega nunca avisa, irrumpe. Por lo que no estamos prevenidos ni advertidos, ya para esas alturas estamos tontos. Ahí la sospecha de que uno «está enamorado».

El amor esta constantemente a contratiempo, cuantas veces uno escucha «ahora quiero esperar, necesito un tiempo para mí» «no quiero una relación, no quiero atarme de nuevo» «¿estar en pareja de nuevo?…» sutiles referencias de que «controla», o mejor dicho, de que con cautela cree que puede anticipar. Como si uno pudiera asegurar-se del amor contra todo riesgo. Pero cuando éste irrumpe, dice Alejandra Kohan* «muestra lo fallido de cualquier prevención» . Uno no puede anticipar-se. El amor parece tener ese efecto sorpresa «no me lo esperaba» «paso…así…de golpe…nos empezamos a conocer…no sé». Efecto que produce la ilusión de armonía, superación de las diferencias y donde el ideal por fin coincide con «mi hombre ideal».

El amor emerge como una fuerza que arrebata de sí a cada uno de los amantes y los empuja el uno hacia el otro, dice Marcelo Barros en su libro Matrimonio. Te odio pero te amo. Y agrego, que te amo «…porque inexplicablemente amo en ti algo más que a ti…» por suerte el deseo es movimiento, no se reduce a un objeto.

No es solo el amante el que esta desubicado, desorientado, sino que el amado también. El amor hace caer la referencias dice A. Kohan, por ello eso de «perdidamente enamorado» una frase que señala al amante y devela un amado. Tan perdido queda a veces, que hasta las certezas conocidas como la cordura, se pierde.

En caso de amor, no hay salida de emergencia.

Pero a veces, no siempre un amor es correspondido, y otras deja de corresponder. Al final «No somos deseables por lo que nosotros creemos que somos.»

En el desencuentro. El amado queda atrapado en suposiciones, fantasías, mientras que el amante se retira, así «me dejo» «me pidió que nos separásemos.» Desconcierto, eso que deja al amado en suspenso, en espera «suspendido en un intento constante de leer signos, de identificarlos.» «No entiendo que pasó..» «no lo entiendo, se le fue la cabeza, si ayer me llamo y estaba todo bien». Todo lo lee como signos que se le hacen presente, que advienen pero indescifrables, entrando en un bucle por intenta descifrar todo gesto, toda frase que como un eco resuena una y otra vez.

Lo cierto es que hay un momento en que las preguntas no tienen respuestas, o para decirlo mejor, las respuestas no encajan. Por que «en que momento me dejo de querer» «a él se lo ve tan bien, hace su vida como siempre» «no la reconozco».

¿Por qué seguimos leyendo sobre amor? ¿Qué más necesitamos saber? ¿Será porque no hay amor sin dolor sin temor, que seguimos leyendo sobre el amor?

Hitzez Psikologia.

* Libro: Alexandra Kohan. Y sin embargo, el amor. Elogio de lo incierto. 4ta edición. Paidós

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