13 de mayo de 2024

Insomnio. Cuerpo alerta. Sueño ¿Acaso el cuerpo y la psiquis no están ligados?

«…a veces intentar dormir-se puede convertirse en un tormento…»

El que la noche se aproxime significa para algunas personas el momento de entregarse al martirio que les supone dormir, cerrar sus ojos, desconectar de la vigilia. Por ello, a veces intentar dormir-se puede convertirse en un tormento, dando entonces lugar al renombrado insomnio, al desvelo, a la innecesaria vida de vigilia aún durante la noche.

El cuerpo también participa en esta desafortunada misión; se siente inquieto y da vueltas a un lado y a otro, “tengo los ojos como dos soles” no hay posición que le permita doblegarse al sueño, que le invite a entrar en el más profundo o al menos superficial sueño. 

Porque, que la noche traiga el silencio, no implica que ese silencio sea también psíquico. Hay ruidos íntimos, frases que escuchamos y que se repiten en nosotros una y otra vez, pensamientos incómodos… algo insiste.

Se entremezcla la realidad y las fantasías. “El sueño es un evento: tiene lugar, pero está fuera de nuestro alcance. Habla de nosotros, pero no está autorizado por nuestra conciencia, ni nuestra atención, ni siquiera nuestro pensamiento…Es esa huida, durante la noche, que ninguna potencia en el mundo puede impedir.” Anne Dufourmantelle. Inteligencia del sueño.

¿Por qué se hace tan difícil dormir, entonces? ¿Se teme dormir porque pueden sobrevenir pesadillas, y con ello la invasión de algunos pensamientos? ¿Es el cuerpo que en su maníaco estado de alerta no logra renunciar y soltar la vigilia?

Cuando se abandona el terreno de la vigilia y se sumerge uno en el sueño, tampoco es que se escapa uno de las preocupaciones conscientes. «Anoche no dormí bien, llevo ya algunas noches que me cuesta…» , momento en el que parece que uno sueña, pero despierto. Es como una catarsis con uno mismo, un intento de purificación y purga de las emociones que le preocupan, un gran monólogo arranca en el duermevela.

Cansancio, desazón. 

Cuando parece que por fin se callan las voces y lentamente se entra al fantástico mundo del sueño, donde la realidad se entrelaza con los deseos inconscientes, “miro el reloj, y las tres AM”; el reloj confirma que solo ha transcurrido un corto plazo de tiempo… como si uno se perdiera algo importante y por ello debiera permanecer despierto. 

El desvelo perturba al soñante hundiéndolo en ansiedad.

Cuerpo en alerta, expresado en el exceso de tensión que producen las dolencias físicas «tengo un dolor en las cervicales, aqui en la zona del cuello…» interrumpiendo así la cotidianidad de las rutinas. Ante un estado de alarma, ya sea que pertenezca a una realidad objetiva como a una realidad psíquica, a veces el cuerpo para responder compromete a todos sus órganos y sistemas: quedando como una madeja enredada, músculos contraídos en constante tensión, y ante el estrés, manteniendo despierto al soñante.  

Cuerpo exigido. Estrés.

Si el estrés es un esfuerzo del organismo por adaptarse, cuando este esfuerzo se hace crónico y no hay tiempo para la recuperación porque viene otro estresor, ya sea una idea que se repite o una emoción que se reprime o una sobrecarga emocional o un dolor físico crónico, el estrés pasa a ser patológico a costa de consecuencias en el sistema orgánico, psíquico o emocional. De ahí la importancia de escuchar en el relato del paciente por qué no puede descansar por las noches y cómo habla de su cuerpo frente a la imposibilidad del descanso. 

Hitzez Psikologia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *